TE INVITAMOS A QUE DISFRUTES EL SIGUIENTE CUENTO
LA CARTA QUE LLEGÓ DE AMÉRICA
Derecho a tener un nombre y una nacionalidad
Muy estimado
Javier:
Ha pasado mucho tiempo desde que estuviste en la aldea
y desde entonces no te puedes imaginar la de cosas que han ido sucediendo. Yo
he crecido mucho. Dice la abuela que pronto seré alta y estirada como un
cocotal y mi hermano me llama cotorra por todo lo que hablo. A mí no me importa.
Me gustan las palabras, todas las palabras, desde las chicas con las que nombro
a mami hasta las grandes como Tegucigalpa, desde las que suenan rico como
mermelada hasta las que son rotundas como catarata. En el cuaderno que me
regalaste voy escribiendo las palabras que aprendo nuevas. A veces me imagino
que puedo cogerlas con las manos, como a las hormigas que corren por la cerca y
guardarlas en los bolsillos.
Dice mami que la magia se hace pronunciando las
palabras adecuadas. Que
cuando deseas algo mucho sólo tienes que encontrar
cómo decirlo, repetirlo en voz alta y tratar de conseguirlo.
Hace unos meses estuvo lloviendo sin parar una semana
entera. Cuando por
Fin pudimos salir de la cabaña, descubrimos que la
lluvia había desmoronado las paredes de adobe de la escuela. No te puedes
imaginar lo que lloré, lloré y lloré. Pero encontré las palabras. Hablé con la
abuela, con mami, con el alcalde.. Hasta que conseguí que todo el mundo se
pusiera a trabajar. Hoy la escuela tiene tres clases, una biblioteca y una
cocina donde las madres nos hacen la comida. Hay muchos niños y niñas que
vienen a clase desde muy, muy lejos. Atraviesan bosques y ríos y si no comieran
en clase no podrían venir. Ahora estamos decidiendo cómo llamar a la nueva
escuela. Yo estoy apuntando todos los nombres en mi cuaderno y dentro de unos
días, los votaremos en el colegio. Es
importante tener un nombre para todo, como tener un nombre propio. Mi nombre me
lo regaló mi abuela que también se llama Leda. Para mí Leda sabe a la sal del
mar que moja la aldea, a dulce como los postres que la abuela nos prepara y
alegre como las canciones que mamá nos canta antes de dormir. Me gusta mi
nombre. Creo que tener un nombre es tan importante como saber que eres de un
lugar... tanto como tener palabras que nombren lo que siento y lo que pienso.
Palabras que recojo en mi cuaderno, que me gustaría llevar en mis bolsillos.
Javier, para que no me olvides, te envío muchas
palabras reunidas en un cuento de mi país que habla de los nombres. Con cariño
Leda